Buscar este blog

miércoles, 23 de marzo de 2016

A COSTA DE FOZ EN 1896.



Plano da ría de Foz realizado no mes de xuño de 1787

Este é un artigo para xente moi mariñeira, que por certo, eu non son.
No libro titulado  Derrotero de la costa septentrional de España que comprende desde el puerto de Coruña hasta el río Bidasoa, que puidemos consultar na Biblioteca Dixital Hispánica atopamos varias referencias sobre o noso concello, así na páxina 103 podemos ler:  
Golfo de Foz.
Desde el cabo Burela roba la costa para el SE. À producir un seno de 19 millas de abra y 5 de saco, llamado Golfo de Foz y entre los navegantes del país Golfo de la Masma, por el río de este nombre, que desagua dentro de la ría de Foz. El límite Este lo forma la isla de Tapia y sus arrecifes. Las costas del golfo son sucias y poco hondables, con muchas desigualdades de fondo, predominando la piedra, lo que ocasiona la gruesa marejada que en él se nota cuando reinan vientos duros de fuera. Por esta circunstancia es muy temido de los navegantes en invierno. Cuando reinan vientos del Suroeste por fuera, se convierten dentro del golfo en Sur muy duro y à rachas, que no permite regir vela las más veces, mientras que á 15 ó 20 millas á la mar, y sobre Tapia y San Cipriano, el viento es corrido y se deja manejar. Con los del primero y cuarto, cuando son duros, es también temible el golfo para atravesarlo de cerca, por cuanto la mar arbola mucho y aconcha á los buques, siendo difícil el salir de él si se está muy ensacado. Por esta razón conviene que los barcos que salen de Rivadeo para hacer viaje al Oeste se remonten lo más pronto posible para el Norte, á fin de salir del golfo, y los que hacen la navegación por fuera que pasen también á regular distancia de Tapia y de los farallones de San Cipriano. En buenas circunstancias y con viento á la tierra podrá pasarse de 2 ó 3 millas de sus costas, y á mayor distancia si es bajamar y hay mareta, por cuanto se encuentra sobre ellas algunos arrecifes como las Longas, que salen mucho”.

Nas páxinas 107 e 108 fala da punta Escairo, da ría e da vila de Foz:

Punta Escairo.
Esta punta, llamada en el país de la Mar, limita al Noroeste, la embocadura de la ría de Foz. Está   al Sur 39º 22’ Este del cabo Burela, distante 7.5 millas. La punta es baja y pareja, formando una llanura de 7 cables que se extiende hacia el oeste á terminar al pie de un cerrito denominado Coto de Castro, que se eleva 66 metros. La piedra nombrada Escairo está al pie de la unta y ésta, que tiene unos 13.9 metros, de altura, presenta escarpados negruzcos al Norte, dos islotes de igual altura está á corta distancia por la parte Noroeste de la punta.

Ría de Foz.
Una ría espaciosa, con embocadura de 4.5 cables, se interna por el Sur en la punta de Escairo á formar un gran saco, que á tener fondo suficiente en toda ella y en la barra, sería un cómodo y seguro puerto; pero está completamente obstruida de arenas, quedando casi toda seca en bajamar, si se exceptúan algunos canalizos y pequeñas pozas, con 1.6 metros á 3 metros de agua. En la barra, que es movible, queda también muy poco agua en bajamar; y como las aguas suben solamente de 2.7 á 3 metros, sólo pueden entrar por ella barcos costeros que van á cargar de trigo y maderas. La barra está en la misma boca de la ría, no quedando ningún abrigo en donde guarecerse los barcos para esperar marea, lo que hace que sólo sea frecuentada en verano y no de muchos buques. La canal está en el día en la medianía de la barra; pero como ésta varía á menudo, no pueden darse señas para tomarla. Cuando algún barco se presenta en ella solicitando práctico, suele salir algún pescador á entrarlo, pues el país no tiene prácticos nombrados al efecto. En invierno es mala barra y apenas frecuentada.

Villa de Foz.
La villa de Foz está en la orilla occidental; es población de 209 habitantes, y en ella se encuentran recursos comestibles. El río Masma desagua en el interior de la ría; es de caudal perenne, y en invierno trae crecidas de agua. La pleamar ocurre á las 3horas de la tarde y sus aguas se elevan á 3.3 metros.

Reconocimiento de la ría de Foz.
El reconocimiento de Foz es fácil desde fuera. Unos pinos llamados Coto de Castro, que se perciben desde mucha distancia, sobre un montezuelo aislado en la gran planicie qu ese produce la punta del Escairo, son un excelente punto de marcación, tanto por ser los únicos que hay en todo el contorno de Foz, como porque ocupan la cumbre de aquella prominencia. Sobre la punta de Escairo se ven las ruinas de una caseta de vigía. Viniendo del Oeste servirán de puntos de baliza el Cabo Burela y el monte Mondigo, que está entre Foz y Rivadeo, y si se busca desde el Este, los faros de Tapia y de Rivadeo, así como el indicado monte, serán puntos de excelente marcación par dirigirse á buscar la barra.

Puntas Promontorio y Corbeira. Playas de San Cosme y San Miguel.
Desde la punta del Prado, que es la oriental de la boca de la ría de Foz, sigue la costa baja y llana en la orilla, variando entre 14 y 28 metros de altura, é insensiblemente va alteando en el interior hasta convertirse en elevados montes. Conserva una dirección casi constante al Este 4º Norte por espacio de 9 millas, hasta Rivadeo. Las puntas más salientes son las llamadas del Promontorio y de la Corbeira; ambas terminan en arrecifes, que por debajo del agua salen á muchas distancia. Entre esta puntas forma la costa senos con pedazos de playa, sembrados casi todos de piedra. Las más notables y limpias de estas playas son las nombradas de San Cosme y de San Miguel; la primera empieza en la punta del Prado, limitada al Este por la punta de San Miguel y la segunda comprendida entre esta punta y la del Promontorio.

Islas Portelas. Punta de Piñeira.

En medio de la playa de San Miguel, llamada Area Longa, hay dos islotes altos y poco apartados de la orilla, nombrados Portelas, que despiden corto arrecife. A la punta de la Corbeira, que también es sucia de piedras, sigue la de Piñeira, y entre las dos se encuentra una pequeña cala nombrada Rinlo, en cuyo interior se ve una corta playa y la aldea del mismo nombre”.


sábado, 12 de marzo de 2016

CRÓNICA NEGRA DAS PRAIAS DE FOZ.


Actualmente as praias de Foz contan cun amplo sistema para socorrer en caso de accidentes nas praias, estámonos a referir aos socorristas, ás lanchas salvavidas, aos sistemas de megafonía, vixilancia e información, pero con todo isto aínda seguen a producirse accidentes que, de moi en vez en cando, provocan a morte dun bañista.

Na nosa memoria está a figura do Xico, o insigne socorrista, ao que seguiron unha pléiade de rapaces e rapazas.

Antes de que as distintas corporacións municipais do concello de Foz tomasen medidas para protexer a vida dos bañistas o número de falecementos , por afogamento, era bastante elevado.

Neste artigo imos ver algunha que outra noticia dos afogamentos na praia de Foz entre finais do XIX e a primeira parte do século XX.

A primeira noticia coa que nos atopamos data do ano 1872, aínda que recollemos a información que aparece no xornal El Eco de Santiago de 1923. Segundo a noticia que aparece neste xornal o día 14 de agosto de 1872 morre afogado na Rapadoira Francisco de Paula Buón y Coya. Era fillo do organista da catedral de Mondoñedo Tomás de Buón e de Manuela Coya. Ordenárase de misa no ano 1863 “pero su habilidad como violoncellista lo retuvo en Mondoñedo, como músico de la capilla de la Catedral”. Destacou este home como poeta, a prensa destacaba como poemas máis salientables “El sol del Vaticano”, “La Redención” ou “La España que muere”.

Segundo o referido xornal: “pereció ahogado en la playa de Foz, donde se hallaba bañándose y desde donde pensaba regresar a Mondoñedo para asistir a las vísperas de aquel día en la Catedral”.

Cando Francisco de Paula berra solicitando socorro un amigo que o acompañaba tírase ao mar para salvalo, pero: pero “en aquellos últimos y terribles momentos, luchando con el viento y con las olas, se dirigió nadando a salvarle, pero Buón, comprendiendo que si se acercaba al sitio donde él se hallaba se ahogarían los dos, le rogó que se contuviera, y que tan sólo, como ministro del señor, le absolviese de todas sus culpas”. (El Eco de Santiago, 1923, 17 de novembro).

Aquí, na Rapadoira, falece o que prometía ser unha das figuras claves da música mindoniense.

A segunda noticia de afogamentos nas praias de Foz no século XIX data do 1887, segundo lemos no xornal  “en uno de los días de la semana pasada perecieron ahogadas en Foz cuatro mujeres que estaban bañándose, salvándose otras dos por la intervención de un marinero”. (El Regional, 1887, 6 de setembro).

En 1906 constátase a morte do garda montes do distrito de Mondoñedo. Este home chegara a Foz a buscar a súa muller e filla, que estaban veraneando aquí. Para aproveitalo viaxe decide tomar un baño, ía acompañado dun amigo “que quería quedarse en un punto inmediato á las casas, pero él quiso buscar agua más agitada y se fue a donde llaman la Garita. Pocos momentos después de echarse al agua comenzó á dar voces de auxilio”. Ao escoitalos berros desgarrados do bañista un mariñeiro,  que estaba preto  del, votoulle unha cana de pescar “y el pobre guarda la agarró con los dientes”. Despois de moito pelexar conseguiron sacalo ata area da praia pero con pouca vida, pereceu inmediatamente. O médico local deu a entender que sufrira  un ataque e que ao producirse no  mar lle producira a morte. (La Corrrespondencia Gallega, 1906, 20 de agosto).


En 1918 volvemos a ler na  prensa a morte de dous homes “cuando se bañaban en la playa de Foz, en el punto denominado Punta do Rego, fueron arrebatados por una ola”. Tratábase de dous veciños de Mondoñedo, un de 43 e outro de 60 anos. (El Orzán, 1918, 24 de setembro).

Outra praia focega da que temos atopados noticias sobre afogamentos é a Areoura. En 1928 o veciño de Cangas, Marcelino Vázquez Almucema, de 88 anos de idade:  “había ido a la playa de Areoura con el objeto de recoger leña, fué alcanzado por un golpe de mar que lo arrastró (…) ha sido hallado por sus familiares en la playa indicada con la cabeza introducida en la arena”. (El Progreso, 1928, 1 de decembro).

En 1931 temos outro afogado na praia de Foz: “en ocasión de hallarse bañando en el lugar conocido por Punta de los Cairos, en la playa de Foz, el vecino de la parroquia de Oirán, Eliseo Casal Longarela, de 44 años de edad”. (El Regional, 1929, 25 de setembro).

En 1932 o xornal El Progreso informaba da morte de dous homes na praia de Foz. O suceso tivera lugar o día 14 de setembro e os afogados eran Bieito Río, veciño da parroquia de Corbelle, e Antón Pardo Fanego, de Castromaior: “uno de ellos se sumergió rápidamente. El otro luchó desesperadamente con el agua durante algunos minutos”. Bieito aparece na praia aos poucos minutos, empuxado polas olas, estaba solteiro e tiña 25 anos, había dous que chegara de América. Antón, pola contra, estaba casado e coa muller embarazada, ambos ían saír para as súas casas ao día seguinte “después de haber permanecido aquí unos días tomando los baños”. (El Progreso, 1932, 15 de setembro).


Rematamos este artigo coa noticia do falecemento, no ano 1945, dun home do Valadouro que: “murió ahogado en la playa de Foz, don Segismundo Expósito Palmeiro, presidente de la sociedad El Valle de Oro, de la Habana. Se celebró el entierro en la parroquia de Adelán, ayuntamiento de Alfozz, concurriendo centenares de personas a su entierro, compañeros del finado que se encuentran en España y la representación de los dos Ayuntamientos, Valle de Oro y Alfoz. Estaba disfrutando de unas vacaciones en España y tenía pensado regresar a la isla de Cuba para el próximo mes de septiembre”. O alcalde do Valadouro, Ramón Canoura, envía un cablegrama ao presidente do Centro Galego na Habana informándolle do falecemento deste home “para que se lo comunicase a su esposa e hijos ya que en aquellas tierras tenía su hogar”. (El Compostelano, 1945, 21 de agosto).



miércoles, 2 de marzo de 2016

FENÓMENOS PARANORMAIS EN SANTA CILLA, VILARONTE E SAN MARTIÑO.


Algunha que outra vez, cando me canso de andar por este terreal mundo, gústame ir pasear pola Galicia Encantada de Antón Reigosa, actual cronista oficial de Mondoñedo. Nela abundan historias das que me gustan, se vos van as historias de diaños, bruxas, encantamentos, lendas, monstros ou videntes.

Hai pouco tempo, tal vez un mes, parei nunha lenda que me retornou á miña mocidade. Antón Reigosa confesa que tivo coñecemento desta historia grazas a Paco Piñeiro. Este entusiasta do teatro e da cultura mariñán pasoulle o artigo que escribira no xornal La Correspondencia Gallega, aló polo ano 1907, Xosé Candia Villares, secretario do concello de Foz. O artigo titúlase El diablo en Santa Cecilia.  Era unha historia que eu xa coñecía, aínda que con outro nome: O demo maior de Madroi.

Lémbrome do día en que me contaron esta lenda. Era unha tarde de verán, víñamos de Santa Cilla nunha motocicleta, de visitar a unhas tías do que me narrou a historia.

Detivémonos diante dunha casa solitaria e preguntoume se coñecía a historia, que non lenda, do demo maior de Madroi. Non hai mellor maneira de reter na mente unha historia que cando cha contan fronte á casa na que tiveron lugar os feitos, cando se está a ir a luz do sol.

A lenda fala dunha casa na que vivía un matrimonio con varios fillos, todo era normal ata que un día de noite sentiron como caían pedras pola cheminea, pensaron que eran nenos facendo trasnadas e saíron fóra para berrarlles, mais alí non había ninguén. Á noite seguinte outra vez o mesmo, choiva de pedras que, casualmente, ían case todas á muller da casa.

Avisados os veciños acudiron á seguinte noite para, entre todos, acabar coas trasnadas. Comezou a chover pedras pola cheminea e un veciño, desprezando aos outros polo medo que tiñan, entrou na casa pero unha pedra pegoulle con tal forza que o tombou.

Cando os veciños entraron dentro da casa puideron ver como unhas mazorgas de millo saían voando cara a muller da casa e como un cesto de vimbio saltaba cara o lume da lareira. Un veciño sácao antes de que se queime, retírao ao fondo da cociña, pero nada, o cesto sae voando cara o lume. Os veciños asustados empezaron a rezar e uns saíron á procura do cura.

Outra noite os moradores da casa foron perseguidos por útiles de cociña que voaban e ían cara eles, refuxiáronse na corte das vacas e os coitelos craváronse na porta da corte.
Para rematar con todo isto os moradores da casa chamaron ao cura e contáronlle o caso. O párroco  aseguroulles que a casa estaba habitada polo demo maior, que non é un demo calquera, senón un de gran importancia, por non dicir o mesmo diaño. Ante as súplicas dos moradores e dos veciños o cura sacou un libro de ler do dereito e do revés e leu do dereito e do revés e o demo maior marchou de Madroi.


Se ben é certo que este final é moi bonito gústame moito máis o do artigo de Xosé Candia Villares. Segundo o secretario municipal estes sucesos paranormais tiveron a súa orixe na desaparición dun mandil pertencente á dona da casa. Despois de varios días buscándoo por tódolos lados viu como unha veciña, que pasaba preto da casa, levaba o seu mandil. A dona da casa corre cara a veciña esixíndolle que lle devolvese o mandil, a veciña resposta que non pensa devolver nada porque o mandil é dela, que non llo roubou a ninguén. Mais a dona da casa pelexa por arrancarllo, persíguea, golpéaa e ao final arráncalle o mandil.
A veciña acaba tirada no chan, sangrando polas narices, humillada diante dos veciños que contemplaban a escena, pois aparte de ser golpeada foi acusada de ladroa, entón, chea de carraxe, levanta o seu dedo cara a dona da casa e dille: “Queira Deus que como ti viñeches tras de min e me pegaches, e me quítalo mandil, que é meu, e me humillas así ande o demo tras de ti e che pegue e te humille ata que me devolvas o mandil e eu che perdoe”.   E así aconteceu, os fenómenos estraños remataron cando a dona da casa foi visitala súa  veciña para devolverlle o mandil e suplicarlle o seu perdón.

Gústame máis esta versión do final porque me lembra unha historia que me contara unha vez Xosefa Canoura Ramos. Esta veciña de Santo Acisclo contárame que na súa parroquia había unha muller que era capaz de mover as cousas coa mente. Esta muller, viúva, estaba encamada por unha enfermidade.  Coidábaa a súa única filla, unha rapariga nova e moi fermosa á que visitaban pretendentes. A nai, que estaba no piso superior, oía falar aos pretendentes cando viñan a visitala súa filla e se algún non lle gustaba os cestos voaban e as espigas de millo perseguían aos pretendentes ata que a filla berraba: ¡Queres parar quieta dunha vez, mamá!. Entón todo paraba e o pretendente saía zumbando.

Existiría algunha vez esta muller?.

Se alguén quere lela historia do Demo de Santa Cilla podédelo facer na páxina de Antón Reigosa : http://www.galiciaencantada.com/lenda.asp?cat=14&id=2323

Non é esta a única noticia que temos de fenómenos estraños no noso concello, pois un amigo fálanos de que lle soaba ter lido no xornal  O Guerrilleiro, do Valadouro, un artigo sobre fenómenos estraños en Vilaronte. Non atopamos esa noticia pero si outra que sae no xornal El Progreso, na que se pode ler: “un periódico de este valle da la noticia de que en Villaronte, estando en la agonía un vecino de aquella parroquia se oyeron debajo de la cama donde estaba tan duros golpes que destrozaron varios pontones á pesar de su excelente estado de conservación y sin poder ver persona alguna.

Como desde hace una temporada vienen notándose cosas raras en la indicada parroquia y limítrofes, nadie se preocupa de ellas mas que para lamentar que haya personas que alienten supersticiones  siempre ridículas y mucho más censurables cuando se utilizan para propagarlas, momentos tan tristes como el que refiere el mencionado periódico”. (El Progreso, 1909, 16 de xaneiro).




No periódico La Voz de la Verdad (1912, 16 de xullo) leemos outro artigo referente a estes fenómenos. Esta vez teñen lugar “en la casa rectoral de San Martín de Mondoñedo hace tiempo vienen advirtiéndose ruidos extraños que por su persistencia llegaron  a producir gran alarma en aquel vecindario.

Semejan tales ruidos el que produce una persona paseando en las habitaciones, y por más que se busca con insistencia la causa de esos fenómenos, es lo cierto que se desconoce por ahora. El párroco puso el hecho en conocimiento del Ilmo. Sr Obispo.”


Seguro que hai moitos máis sucesos paranormais no noso concello e que os lectores saben moitas máis historias deste tipo, nos tamén e contarémolas en outra ocasión.